sábado, octubre 18, 2008

Elegia de una Esperanza (Redux)




Despues de tanto tiempo, esto vuelve a cobrar sentido y viene a paliar mi árida falta de inspiracion.

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Es demasiado tarde como para permanecer despierto.
La verdad, no se por que lo hago.

La noche se ha presentado incierta, más que incierta, francamente desagradable.

Unos pies doloridos, un regusto amargo a whisky en la garganta y un cansancio ya más mental que físico, son los únicos recuerdos que mantendré por la mañana. Pero así están las cosas.

No más la luna se ha levantado en el cielo, me ha escupido en la cara y ha vuelto a esconderse bajo su manto de estrellas.
Al fin y al cabo, uno se acostumbra a los escupitajos, pero siempre dejan una pastosidad inerte en el alma.

Vaya año que llevo. Las decepciones se sobrellevan, son más o menos digeribles para un estomago habituado. Pero la esperanza…

Nunca está uno suficientemente preparado para la esperanza.
Aparece, te embriaga, te absorbe, te arrolla… solo para segundos después despeñarte desde lo más alto de tu propio y engordado ego.
Y esos golpes no son de los que se curan con reposo.

Simplemente sucede y no es más que el principio. Lo divertido comienza ya en el suelo, cuando te arrastras tratando de alcanzar la vigilia, confiando que no sea más que un mal sueño. Es entonces, solo entonces, cuando el impío coro de los males que te asolan, ebrios en una danza tribal de dagas y estiletes, te recuerdan con una patada en la boca del estomago, lo despierto que estás.

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Y es asi como las cosas acaban. Con un tiro en el vientre y el rabo entre las piernas, tratando de cerrar las puertas que yo mismo he derribado.


1 comentario:

A.P.Regueira dijo...

Si es qe eres todo un romántico.
Piensa que la vida es una lucha, y no te canses de luchar, pues se que eres fuerte y rendirse es cosa de débiles.
El sol sale cada día evaporando el escupitajo de ayer, eso si, dejandote la cara limpia para escupitajo de mañana. Que le vamos a hacer, la vida es así, cruel, como el hombre. Cruel casualidad...
Un abrazo enorme amigo mío!