domingo, febrero 24, 2008

Elegía de una esperanza I

Es demasiado tarde como para permanecer despierto.
La verdad, no se por que lo hago.

La noche se ha presentado incierta, más que incierta, francamente desagradable.

Unos pies doloridos, un regusto amargo a whisky en la garganta y un cansancio ya más mental que físico, son los únicos recuerdos que mantendré por la mañana. Pero así están las cosas.

No más la luna se ha levantado en el cielo, me ha escupido en la cara y ha vuelto a esconderse bajo su manto de estrellas.
Al fin y al cabo, uno se acostumbra a los escupitajos, pero siempre dejan una pastosidad inerte en el alma.

Vaya año que llevo. Las decepciones se sobrellevan, son más o menos digeribles para un estomago habituado. Pero la esperanza…

Nunca está uno suficientemente preparado para la esperanza.
Aparece, te embriaga, te absorbe, te arrolla… solo para segundos después despeñarte desde lo más alto de tu propio y engordado ego.
Y esos golpes no son de los que se curan con reposo.

Simplemente sucede y no es más que el principio. Lo divertido comienza ya en el suelo, cuando te arrastras tratando de alcanzar la vigilia, confiando que no sea más que un mal sueño. Es entonces, solo entonces, cuando el impío coro de los males que te asolan, ebrios en una danza tribal de dagas y estiletes, te recuerdan con una patada en el vientre, lo despierto que estás.

Si, he vuelto a tropezar. Lo más triste de todo, es que esta vez, pensé que de verdad valía la pena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre merece la pena. Otra cosa es el desgaste que la falta de frutos supone.

Siempre me acuerdo de una frase de "Entre balas mujeres": "siempre es mejor amar y haber perdido, que nunca haber amado". Consuelo de tontos, parece. ¿O tal vez no?

Javi dijo...

Recuerda que lo importante no es cuantas veces te caigas, si no cuantas te levantes. Y que aprendas a echar un vistazo al suelo de vez en cuando, para la próxima vez, evitar que la emoción te haga tropezar.

Rubén dijo...

Dijo Luis Mateo Díez que "sobrevivimos inventando lo que merecemos". Es una frase que me gusta; muy cierta. Si no albergásemos esperanzas a diario, qué sería de nosotros. Ese "inventar" también se puede entender como "descubrir" (en su sentido etimológico), y creo que ambos significados encajan bien en el mensaje que encierra la frase.
Es muy triste ver a alguien para el que la vida ha perdido todos sus alicientes. Nunca se puede llegar a eso. No quiero decir que uno deba engañarse; no. Me refiero a que se vive de esperanzas y que jamás se debe perder la capacidad de soñar con lo bello.
Y ya sabes, Nulo: "La vida es liarse una manta a la cabeza. Uno tiene que estar un poco loco para atreverse a cortar la cuerda y vivir plenamente", palabras del gran Zorba. Y sebtir lo que sientes, esperanza, frustración, resignación significa estar vivo.